"No le preguntes al extranjero su lugar de nacimiento; sino su lugar de destino"

lunes, 5 de septiembre de 2005

Vidas desperdiciadas.

Zygmunt Bauman: Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias. Paidós. Barcelona. 2005.

"Nuestro planeta está lleno.

(...) El planeta está lleno es un enunciado de sociología y ciencia política. No se refiere al estado de la tierra, sino a los medios y arbitrios de sus habitantes. Indica la desaparición de la ’tierra de nadie’, de los territorios susceptibles de definirse y/o tratarse como exentos de habitación humana, así como carentes de administración soberana y, por ende, abiertos a (¡pidiendo a gritos!) la colonización y el asentamiento. Tales territorios, en gran medida inexistentes hoy en día, durante la mayor parte de la historia moderna desempeñaron el papel crucial de vertederos para los desechos humanos, arrojados en volúmenes cada vez mayores en las partes del globo afectadas por los procesos de ’modernización’.


La producción de ’residuos humanos’ o, para ser más exactos, seres humanos residuales (los ’excedentes’ y ’superfluos’, es decir, la población de aquellos que bien no querían ser reconocidos, o bien no se deseaba que lo fuesen o que se les permitiese la permanencia), es una consecuencia inevitable de la modernización y una compañera inseparable de la modernidad. Es un ineludible efecto secundario de la construcción del orden (cada orden asigna a ciertas partes de la población existente el papel de ’fuera de lugar’, ’no aptas’, ’indeseables’) y delprogreso económico (incapaz de proceder sin degradar y devaluar los modos de ’ganarse la vida’ antaño efectivos y que, por consiguiente, no puede sino privar de su sustento a quienes ejercen dichas ocupaciones)

(...)Una vez que la modernidad ha devenido, tal como estaba destinada y obligada a hacer, la condición universal de la humanidad, los efectos de su dominio planetario se han vuelto en su contra. En la mediada en que el progreso triunfante de la modernización ha alcanzado las más remotas regiones del planeta, y la práctica totalidad de la producción y el consuno humanos se ha visto medida por el dinero y el mercado, y los procesos de mercantilización, comercialización y monetarización de la subsistencia humana han penetrado por todos los rincones del globo, ya no están disponibles las soluciones globales a los problemas producidos localmente, o las salidas globales para los excesos locales. Sucede justo lo contrario: todas las las localidades (incluidas, muy en especial, las altamente modernizadas) han de cargar con las consecuencias del triunfo global de la modernidad. Ahora se enfrenta a la necesidad de buscar (al parecer en vano) soluciones locales a problemas producidos globalmente.
Para abreviar la larga historia: la nueva plenitud del planeta siginifica, en esencia, una aguda crisis de la industria de eliminación de residuos humanos."

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